Historia de la Astrología Bibliografía consultada: Derek y Julia Parker, 1986.Nuevo gran libro de la Astrología. Editorial Debate.

25.03.2017

En el viejo mundo mesopotámico del año 8.000 A.C el hombre buscaba las respuestas mediante la observación celeste, y en su estado primitivo, estaba expuesto a fenómenos inexplicables como truenos, rayos, calor, eclipses, por ello, para todo lo que no le encontraba explicación, le daba nombre y le atribuía una línea de conducta, para sentirse menos vulnerable.

Recientes investigaciones, llevadas a cabo sobre inscripciones óseas de la Edad de Hielo, indican que el hombre ya conocía los periodos lunares desde hace unos 32.000 años.

De Egipto nos han llegado mapas estelares que datan del año 4.200 A.C, aunque para algunos expertos estos mapas eran solo para finalidad astronómica, no hemos de olvidar que la Astronomía y la Astrología eran una misma cosa hasta apenas unos 300 años, por lo que antes del racionalismo, la misión de estos mapas era la de conocer las influencias de las fuerzas cósmicas sobre la vida. Si nos remontamos al año 2.870 A.C encontramos unos documentos del reinado de Sargón de Acad que muestran predicciones basadas en las posiciones del Sol, la luna, y los 5 planetas conocidos por aquel entonces, junto con otros datos sobre otros fenómenos, como cometas y meteoritos.

Los caldeos fueron grandes astrónomos y matemáticos. Observaron que los acontecimientos del cielo seguían un mismo patrón, las estrellas se movían en el firmamento siguiendo un orden fijo y los planetas giraban excéntricamente y casi en un mismo plano sobre el fondo estelar, ante esta evidencia, se diseñaron las primeras efemérides o tablas de los movimientos planetarios, las más antiguas que conocemos datan de mediados del siglo VII A.C, durante el reinado de Asurbanipal, rey Asirio.

Los caldeos, para confeccionar su sistema cosmológico, utilizaron las 12 constelaciones más importantes, por las que el Sol y la Luna pasaban periódicamente y que constituyen los antepasados del Zodiaco, cada 2 horas las constelaciones giran en el cielo unos 30º, es decir, una doceava parte del total de la circunferencia, durante siglos, toda observación astrológica permaneció ligada a la salida y ocaso de los cuerpos celestes, siguiendo ese patrón. Además existía otro conjunto de 12 sesiones, que no guardaba relación con el anterior, denominadas "casas". Fueron numeradas desde el Este hacia abajo, en dirección contraria a las agujas del reloj y simbolizaban determinados sectores de la vida - En los primeros tiempos, la astrología babilónica tenía como cometido fundamentalmente predecir grandes acontecimientos como guerras, inundaciones, eclipses etc... Y las posibles repercusiones que éstos tendrían sobre la figura del Rey y el Bienestar General.

Como consecuencia de esos años, se hicieron importantes construcciones megalíticas, una de las más interesantes es el monumento de Stonehenge, en Inglaterra, iniciado en el año 2.500 A.C, ya en aquella época desarrollaron un calendario de gran precisión, que indicaba los solsticios y predecía los eclipses. Aquí el monumento

Nos encontramos también con las pirámides de Egipto, que son el mejor ejemplo entre los ancestrales observatorios astronómicos, están orientadas hacia el Polo Norte del firmamento, actualmente cercano a la Estrella Polar, pero entonces estaba muy próximo a la estrella Tuban.

En Egipto, se practicaba una astrología que dependía fundamentalmente del Rio Nilo, para ellos era la fuente de toda vida y sus inundaciones, eran provocadas para ellos por el Sol y Sirio, brillante estrella del firmamento. En la tumba de Ramsés VI (1200-1085 A.C) se puede ver un mapa estelar donde es posible leer las culminaciones de los Astros para cada hora de la noche, durante todo el año.

Respecto a Grecia, la astrología surgió en torno al 250 A.C, fundándose la escuela de astrólogos de la Isla de Cos, y en los 400 años siguientes, los griegos adaptaron la astrología caldea a sus propias tradiciones, diseñando un método para calcular el destino individual basándose en el momento del nacimiento.

Con la llegada de Ptolomeo, el Zodiaco se racionaliza, pero tras su muerte en el año 180 dc. La astrología empieza a declinar, convirtiéndose en superstición y coincidiendo con el periodo de decadencia del Imperio romano.

Gracias a las florecientes culturas árabes del Norte de África y del Mediterráneo oriental, en torno al Siglo VIII, debemos la supervivencia de la tradición clásica de la Astrología, sobre todo en el campo de la medicina y la astronomía, donde los árabes mostraron una extraordinaria habilidad. Gracias a ellos la Astrología se rehabilitó en Occidente durante el Renacimiento.

Durante la Edad Media, y sobre todo con la figura de San Alberto Magno (1200 - 1280) se hizo accesible la astrología a la civilización occidental, siguiendo con las premisas de Aristóteles, para quien los acontecimientos terrenales estaban gobernados por las esferas celestes. 


Para San Alberto Magno, las estrellas si ejercían su influencia sobre el cuerpo y voluntad humanos, aunque no sobre el alma.

Con Santo Tomás de Aquino, uno de los más grandes teólogos cristianos (1225-1274) la astrología podía ser un objeto digno de estudio, y además, podía considerarse complementaria de la visión del Universo que entonces reconocía la doctrina de la Iglesia.

Todo esto llevó a la presencia académica de la Astrología en aquella época, tenemos por ejemplo la Universidad de Bolonia, donde estudiaron Dante y Petrarca, que tuvo su cátedra de Astrología desde 1125.

En el renacimiento, gran parte del éxito de la Astrología vino de la mano de los Papas y de la Iglesia, por ejemplo Sixto IV y Julio II, por ejemplo, Pablo III, el primer Papa de la contrarreforma, utilizó astrólogos para fijar la hora de su consultorio, y en cuanto a las cortes europeas, Isabel I de Inglaterra, se hacía aconsejar diariamente por conocidos astrólogos de renombre.

Los Astrólogos del renacimiento prestaron gran atención a los elementos místicos de su Arte, hicieron incursiones en alquimia, numerología y otros campos, en 1543, Copérnico, publica su famoso libro donde se refleja que es el Sol quien está en el centro del Sistema solar, trayendo la teoría heliocéntrica:

El más culto de los autores católicos del siglo XVII, Jean Baptiste Morín, estudió astrología con un escocés llamado Davison, siendo recibido de forma muy entusiasta por el Papa Urbano VIII, pero la publicación de Astrología Gallica, donde criticaba cierta forma de administración en la Iglesia ocasionó la prohibición de sus obras.

Fue luego Kepler, (1571- 1630) quien probó muchas de las teorías de Copérnico, dando el golpe mortal a las ideas de  ,tan erradas durante tantos años, y con los trabajos de Kepler (tierra y planetas giran en eclipses alrededor del sol) termina la era de Ptolomeo.


Con William Lilly (1602-1681) quien predijo el gran incendio de Londres, fue citado a declarar en el Parlamento y convenció al Parlamento que no tenía nada que ver con el mismo. Una de sus grandes frases, transmitida a un joven aprendiz, es: 
Dado que dialogas diariamente con los cielos, cultiva y  forma tu mente según la imagen de la Divinidad, aprende todos los ornamentos de la virtud, instrúyete suficiente en tu materia, se humano, cortés, amable con todos, no aflijas al que sufre con duros juicios, anímale a que dirija su súplica a Dios para que desvíe los castigos que le amenazan

Tras fundarse Greenwich en 1675, la obra de Newton trae una nueva era de la Astronomía, enunciado la teoría de la gravedad, el nuevo espíritu renacentista empezaba a descartar la astrología, aunque incluso el propio Newton estudió astrología y siempre la respetó.

La astrología tras esos momentos entró en una larga decadencia, hasta la mitad del Siglo XIX, pero curiosamente, los hombres que más la llevaron a ello fueron precisamente personajes que estaban más a favor de desarrollar una astrología sería que sus propios detractores.

En esa mitad del Siglo XIX, viene el resurgir de la Astrología en la figura de Charles Carter, (1887-1968) astrólogo empírico, que interpretó y amplió textos antiguos con sus propias observaciones empíricas. Llegó a decir a un amigo, en una carta fechada en 1955, que muy probablemente no vería la llegada del hombre a la luna, porque seguramente moriría en 1968. Acertó en su predicción.

Ya en el siglo XX, la Astrología ha ido haciéndose hueco, de la mano de Margarte Hone, Dane Rudhyar, Ebertin, Louis de Wohl, John Addey etc... Y ahí sigue, en este Siglo XXI, paso adelante y como puede y le permiten, desde el inicio de los tiempos.

Bibliografía consultada: Derek y Julia Parker, 1986.Nuevo gran libro de la Astrología. Editorial Debate.